¿ES LA TECNOLOGÍA UN PROBLEMA PARA NIÑOS Y JÓVENES?

Por Mg. Jakeline Cubillos

Es frecuente escuchar que cada día los niños y los jóvenes pasan bastantes horas frente a artefactos tecnológicos, los cuales al parecer los aíslan y generan en ellos algún tipo de necesidad de conexión constante, de hecho se ha llegado a relacionar el uso de las nuevas tecnologías con el aumento del suicidio.


Sin embargo, la tecnología a lo largo de la historia ha permitido al ser humano mejorar su calidad de vida, imprimiéndole eficacia y eficiencia a múltiples procesos, que van desde el orden de lo cotidiano, hasta lo industrial; lo cual permite afirmar que los avances en este campo son muestra de desarrollo. De allí que hacerlos responsables del suicidio de los jóvenes, la depresión, el bajo rendimiento escolar o la adicción, entre otros, sería un poco injusto. La tecnología por sí misma no es mala, ni buena, es tecnología, el problema radica en el uso y el abuso de la misma.


Por ejemplo, en el seno de muchas familias el uso de artefactos tecnológicos tales como celulares, video juegos o tabletas asumen el rol de los padres o hermanos, quienes debido a su ausencia, son remplazados por éstos, los cuales permiten conexión en línea con personas desconocidas u ofrecen actividades que fácilmente resultan envolventes, haciendo que los niños y jóvenes deseen estar inmersos en el mundo virtual antes que en el mundo real.


¿Qué hacer frente a esta situación?



En primer lugar es pertinente comprender que la tecnología ha sido creada para el beneficio del hombre, y no puede sustituir de ninguna manera actividades fundamentales como compartir en familia o con amigos. Es imposible desligar a los jóvenes de la tecnología, el mundo funciona a través de ella, así que es un desacierto eliminarla por completo de sus vidas, lo que sería beneficioso es limitar su uso, generando espacios determinados de ocio y de aprendizaje, permitiendo concebirla como una herramienta útil para determinadas tareas en tiempos específicos y ojala con el acompañamiento de un adulto.

Además, es necesario eliminar hábitos como revisar el teléfono celular constantemente, ver televisión o videos en el momento de las comidas, permanecer frente a una pantalla hasta altas horas de la noche, preferir chatear a hablar frente a frente con otras personas, limitar la diversión al uso de dispositivos tecnológicos.

Sin duda la mejor estrategia para evitar el mal uso de la tecnología consiste en pasar más tiempo juntos de calidad con amigos y familiares, donde se fortalezcan lazos afectivos y se construyan valores que permitan el desarrollo integral de niños y adolescentes fuertes y felices.



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Mg. Jakeline Cubillos

Docente investigadora. Licenciada en lengua castellana, inglés y Francés de la Universidad de la Salle. Magíster en educación con énfasis en gestión y evaluación educativa de la universidad Externado de Colombia. Jurado externo de tesis de maestría en Proyectos Educativos Mediados por TIC y Maestría en Informática Educativa en la Universidad de la Sabana.

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